LINCOLN’S ROUTE – CAPÍTULO III

El día partió con una travesía hacia el pasado, precisamente a la guerra civil que dividió a Estados Unidos en dos durante el siglo XIX. La visita al Parque Nacional Militar de Gettysburg hizo que los estudiantes se dieran cuenta del enorme daño que provocó este gran conflicto, como también reconocer la titánica tarea que tenía Lincoln de unirlos a todos bajo una sola nación.

Después, el grupo realizó una corta visita a Baltimore. Pese a  hacer un tour rápido por la ciudad, se dieron el tiempo para asistir a un juego de béisbol en el estadio de los Orioles, ¡viviendo una auténtica experiencia estadounidense!

Esa misma noche viajaron de vuelta a Washington D.C. Eran los últimos días de Lincoln’s Route y Sir John todavía no se enteraba de algo. Como muchas otras noches durante esta aventura, los alumnos pedían comida a domicilio a sus habitaciones. Alfonso Pinto (9°B, Lo Barnechea) recuerda aquella vez en Washington que se pidieron 120 nuggets de pollo del McDonald’s junto a papas fritas, bebidas y helados. “Creo que el repartidor nos estafó con 20 nuggets, porque yo solo conté 100”. Aunque la puerta estaba cerrada los otros se enteraron y al final todos terminaron adentro de esa habitación. “Cuando entré vi cajas, muchas cajas de nuggets”, recuerda Rodrigo Meza (9°B, Chicureo), quien también disfruto de aquel memorable banquete.

Parecía ser otro evento entretenido del cual todos participaban. Pero faltaba alguien. “Descubrí después (al regresar a Chile) que hacían esto casi todas las noches y, ¡nunca me invitaron!”, dice Sir John riéndose.

En su última visita a Washington, este grupo de Lintac fue asombrado por lugares como el Memorial de Iwo Jima, Mount Vernon, Alexandria y el Museo Nacional de Historia Estadounidense (Instituto Smithsoniano). Cuando llegaron al Cementerio de Arlington, tuvieron la posibilidad de apreciar tumbas históricas como la de John Kennedy o Robert Todd Lincoln, el hijo de Abraham Lincoln.

Finalmente, tuvieron una cena especial arriba de un bote, cruzando el Río Potomac mientras veían el atardecer con una sensacional vista a Washington D.C. Era un momento para reflexionar sobre lo que había sido el viaje hasta ahora. Mirando hacia atrás, Rodrigo Meza (9°B, Chicureo) cree que aprendieron mucho, aunque lo que más valora es una sola cosa: las sanas relaciones que se fueron formando. “Al principio todos estaban en sus propios grupos, pero al final sólo hubo un gran grupo”.

En el último día los alumnos pudieron visitar uno de los edificios más importantes del país: el Capitolio de los Estados Unidos y  la Biblioteca del Congreso.

Para terminar, tuvieron una emocionante experiencia en el Museo del Holocausto, dedicado a recordar a aquellos que sufrieron y perdieron sus vidas en los campos de concentración durante la Segunda Guerra Mundial. “Los niños incluso tuvieron la posibilidad de conversar con un sobreviviente del Holocausto y darse cuenta que algo así nunca puede volver a suceder”, explica Miss Ilse Altermatt.

Luego de ese momento solemne, los estudiantes de enseñanza media partieron al aeropuerto. Curiosamente, en su regreso a casa en Chile casi perdieron un vuelo de nuevo. Casi. Nadie sabía muy bien qué había pasado esta vez, pero al menos lograron alcanzarlo a tiempo.

Después de jornadas llenas de entretenidas actividades, momentos emocionantes e historias fascinantes, Lincoln’s Route había llegado a su fin. “Fue muy bueno hacer este viaje porque no solo aprendes y descubres, también vez la historia del colegio reflejado en la historia de este importante presidente”, dice Josefa Viotti (10° A, Lo Barnechea). En la misma línea,  Sir John Seaquist también piensa que se trató de una travesía única y llena de sentido: “Es algo que los estudiantes valoraran en un futuro. Viajar de esta manera, con sus compañeros, profesores y Rector es algo que probablemente no volverá a ocurrirles de nuevo. Esto fue para abrirle los ojos y darles nuevas perspectivas, para aprender y para seguir creciendo”.

Aunque ya se haya terminado, no será por mucho. Lincoln’s Route estará de vuelta el año siguiente con el próximo grupo de alumnos de enseñanza media de Lintac. Manténganse en sintonía.